Globos

Jazmín le tenía miedo a los globos. Y en ese entonces, descubrió que lo que miraba en ese momento era para ella un infierno...
Globos de colores poblaban el techo como el pasto pobla un pedazo de tierra, todos colgando con un fino hilo del cual tirar...
Había de todos los colores que ella amaba, estaba el verde, el rosa, el lila, y ese de color amarillo que iba directo al astillado retablo que retocaba la humilde muralla blanca.

Boom!

El globo explotó, y al pensar Jazmín en sus últimos momentos de vida recordó porque temía tanto a los globos.

Ella los amaba. Desde pequeña, adoraba jugar con aquellas formas redondeadas y colores que su padre hacía para ella tan amablemente. Un día, papá le pasó un globo para que ella inflara, y cuando cogió el truco, infló e infló su pequeño globo hasta que no pudo detenerse, y el globo explotó en mil pedazos en su cara, junto con las lágrimas recien llegadas de la niña.

Nunca más amó a los globos.

Y la impresión del flashback la hizo caer y chocar contra una vela aromática encendida, y con su madre que le ofrecía un globo color blanco...

y el blanco del globo conoció el calor y el gas inflamable que lo llenaba lo convirtió en llama que alegremente contagió el resto del recinto...

Por suerte Jazmín se habia golpeado la cabeza antes que pudiese sentir el fuego engullendo su pequeño cuerpo.