20100513

Ciertas Lunas

Hay ciertas noches, con ciertas lunas, en que no acierto a la coherencia de este corazón enmudecido. No sé lo que quiere decir, o quizás lo sé demasiado para entenderlo.
Es ahí, en esa confusión (o negación perpetua) en que se desprende de mi piel un caminito de hojas secas. Es poco probable que alguna vez hayas visto algo así, piel (morena como la mía) expandiéndose para luego aplanarse y dar a luz hojitas secas. Puedo estar al menos media hora así, mientras la única iluminación que ronda mi mente es esa pálida luz de luna, lúgubremente acariciando mi tez.


Cuando ya no hay más que hojas secas a mi alrededor, cuando la piel se me ha desprendido definitivamente, me recuesto en el seco lecho, el carmín de mis músculos sangrantes haciendo tono con la resequedad del paraje. Mi pelo negro ( y ahora un poco rojizo) enredándose en mi brazo, pegoteándose con los residuos viscosos de lo que fui. Cuando al fín, el cuadro queda completo, dejo mi mente volar hacia tu ventana, haciéndote señas para que me tengas en tu mente.


Cuando ciertas noches, ciertas lunas, le aciertan a mi corazón... y la angustia no hace más que darle un matiz distinto a la sinfonía, pienso en tí para acallar mi alma. Pienso en el silencio de tus besos, en el candor de nuestro cariño. En mi corazón amordazado.

No hay comentarios: