20090705

El trigal

El trigo le llegaba a la cintura mientras intentaba abrirse paso en la gran extensión amarilla que le circundaba, no es que el trigo fuese muy alto, pero ella siempre había sido más pequeña que el resto de los niños de su edad.

Jugaba a las escondidas, pero acababa de escoger el peor lugar para esconderse, creía contar con su baja estatura para pasar desapercibido si se agachaba un poco, pero la estela de ramas ondeando a su paso la delataban como las huellas que dejamos en la nieve al caminar.

Siguió caminando esperando que sus primos no la encontrasen, y se agachó mientras el amarillo oro le tapaba la coronilla.

Sintió susurros al pasar el viento, pero suponiendo que eran sus primos, intentó calmar su respiración.Los susurros fueron en aumento, y temblando, esperó que nadie la encontrase.

Pero luego notó que no reconocía las voces, y que el campo color del sol ya no era de sol si no que de color de luna, y que ella, una pequeña niña de trenzas largas se había convertido en otra vara larga y delgada de las tantas que llenaban el trigal.

1 comentario:

Aficion Increible dijo...

Hace mucho que no leo un cuento que me deje imaginarlo tal cual es, me atrapo en cierta forma en el ambiente de la escritura.
Me gustó, algun día con mas tiempo pasare a ojear algun otro escrito.


Saludos